Mientras las autoridades le cerraban el cerco al pakistaní Faisal Shahzan, un grupo de legisladores pedía ante las Naciones Unidas este lunes sanciones económicas a toda compañía con negocios en Irán. Acompañados de líderes judíos, protestaban por la visita de Mahmoud Ahmadinejad, estrella de la apertura de la cumbre del Tratado de No Proliferación, que desde hace 40 años intenta reducir la cantidad de armamento nuclear en todo el mundo.
“¿Y por qué no sanciones a Pakistán?”, preguntaba yo, apuntando que este inestable aliado de Estados Unidos sí posee la bomba atómica y sí tiene vínculos probados con organizaciones terroristas como Al-Qaeda. “Pakistán es un tema distinto”, contestaba la senadora por Nueva York Kirsten Gillibrand, “de eso podemos hablar otro día”.
El presidente iraní es el malo de la película para un país con la mala costumbre de simplificar las relaciones internacionales como si de un filme del oeste se tratara: indios contra vaqueros; malos contra buenos. La trama, sintetizada para el consumo del estadounidense medio.
Hay que reconocer que el diminuto líder se lo pone en bandeja con sus discursos antisemitas, sus absurdas declaraciones, su inquietante sonrisa y un último resultado electoral más dudoso que el de Florida del año 2000.
Además, desde hace años viene enriqueciendo uranio. Dice que lo hace con fines pacíficos, si bien la comunidad internacional sospecha que pretende fabricar una bomba atómica. Washington teme que la use contra Israel y desestabilice aún más una región ya de por sí volátil.
(Eso sí, a nadie le debería sorprender el tono beligerante de Ahmadinejad cuando su país se encuentra situado entre Iraq y Afganistán. Imagínense que Irán decidiera invadir Canadá y México en menos de dos años.)
La simplificación conduce a una población sumida en la ignorancia y fácilmente manipulable. La atención del país anda distraída buscando enemigos potenciales cuando la amenaza real está mucho más cerca de casa. ¿Es Pakistán nuestro peor enemigo? La respuesta a esta pregunta no puede esperar hasta mañana.
Leave a Reply